De nuevo los nativos del Norte nos hacen bailar con el vallenato supersónico de Monterrey.
Los carnalitos norteños nos combinan con sus cumbias tropicalonas a un gran baile popular.
Ritma el acordeón un huapango lunero mientras la trompeta nos lleva al cielo por una linda noche fronteriza.
Rompen las fronteras y llegan a realizar un verdadero melting pot de las muchísimas influencias musicales que ondan en America. Las cumbias de Tony Hernández podrían muy bien haber salido del acordeón de Joan Garriga. En sus agradecimientos de su nuevo disco el grupo nombra a los Dusminguet. Llama la atención los caminos paralelos que llevan estos dos grupos desde que sacaron sus primeros discos en 1998. Ambos comparten de manera generosa sus sonoros sueños de colores.
Nació el grupo a inicios de los noventa cuando Cano y Papo, amigos de secundaria, decidieron con armónica y guitarra acústica, divertirse un poco. Se junto rápidamente el Comas con sus percusiones salseras. El grupo se llamaba entonces "La Zona del Silencio", en referencia al famoso triángulo situado entre Chihuahua, Coahuila y Durango que según muchos paisanos vieron pasar a muchos OVNIS. Tras varios conciertos por la zona de Monterrey, el grupo se enteró de que otro grupo llevaba el mismo nombre y decidieron cambiarlo por El Gran Silencio, en homenaje a una canción del fallecido Rockdrigo González.
En 1993, se introduce en el grupo el hermano mayor de Cano, Tony, cantante del grupo “Amnesia”, que aporta al trío su madurez musical y su inspiración. El estilo epurado del grupo y sus mezclas entre los ritmos populares y las influencias raperas del Norte no tardan a conquistar un público local y poco a poco nacional.
La notoriedad nacional, el grupo la conquista sobre el escenario del Primer Concurso Estatal de Rock cuando quedaron cuartos el 22 de Mayo de 1994 entre más de un centenar de grupos mexicanos. A pesar de haber conquistado el público, el jurado profesional no había visto en ellos, el mejor grupo. Los comentarios de los managers y amigos les invitan a considerar el interés de una aportación más rockera a la banda. Es cuando fichan al bajista Julián Villareal.
El grupo empieza a partir de entonces una ascensión que les lleva a triunfar de nuevo en el Gran Concurso Estatal de Rock del año siguiente que les consagra como mejor grupo con la canción “Payasos”.
Una pequeña crisis posterior casi acaba con la unidad del grupo. La amistad con otro grupo importante de la escena norteña, Control Machete, casi les lleva a fusionar ambos grupos. Afortunadamente para ambos (aunque nunca se sabe), el grupo se reformó con los hermanos Hernández y Julián. Para compensar la ausencia de los bongos caseros del Comas, se hacen con un nuevo batería: Ezequiel. De este renacimiento y de muchos recorridos por las provincias norteñas nace el primer demo del grupo, llamado “Dofos”.
Un contacto con EMI para la grabación de un compilatorio que nunca salió, les permite empezar a soñar con sacar un álbum, pero el grupo no se precipita prefiriendo las alegrías de la escena, a los despachos de las discográficas. No obstante, es el manager del grupo quien insistió en incorporar a un acordeonista al grupo para darle un toque más popular. Presentó al grupo a su propio primo " Campa " cuyas influencias en vallenatos y cumbias rancheras dieron al grupo una identidad aún más popular con su vigoroso toque de acordeón.
Así El Gran Silencio cogió su actual dimensión y una madurez hecha desde la escena y su carrera. Poco después viajaron a Nueva York para por fin grabar con la discográfica EMI su primer álbum “Libres y Locos”. El disco salió un 21 de Junio, día del Círculo del Sol y día de la Fiesta de la Música también. Otros reconocerán la fecha de nacimiento de un músico cuya huella en Latino America no deja de impresionar cada día y cuyo sello queda tatuado en la guitarra de Cano.
El Gran Silencio puede hacerte saltar con ritmos heavy, dignos del mejor Molotov como devolverte a los cánticos tónicos de los Mariachis o invitarte a soñar con la voz nostálgica de Tony Hernández.
El nuevo disco: “Chuntaros Radio Poder” te hace viajar a lo largo de un día generoso simulando un programa musical norteño con las deliciosas intervenciones " Freestyle " de los comentaristas de las radios locales. Son la chopa raza.
Te invitamos con sinceridad a subirte al camión cargado de emociones de estos chunteros norteños para un viaje sin rumbo fijo por la América mestiza rolando lindo y burlándose de las barreras musicales "porque no les importan las fronteras".
"El Chuntaro es un híbrido social bien cabrón" nos dice Tony, como su disco disfrazado de muchas influencias y cuya esencia se nutre de un mundo (musical) sin fronteras, del mestizaje global en el cual todos cabemos y del cual tanto disfrutamos.
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