Unen la negritud con la latinidad y el sello multiétnico del apenas gateante siglo. Las voces pican, los instrumentos contagian y la letra "chuntariza" la realidad del más fresco estilo mexicano que sin duda mucho le debe a Café Tacuba, a Los Xochimilcas y algunos otros "fusionautas" de todos los tiempos. Son Nuevos Leones del mero Monte(del)Rey.
Chúntaros Radio Poder.
6.00 AM. Una voz de locutor regiomontano (Don Pancho Lomelí) al filo del despertar citadino anuncia el clima, anima a la población a meterle a su rutina diaria, y pone en "On" la energía fusionaria-ecléctica del quinteto neoleonés que en su corta carrera ha recibido innumerables pedradas así como numerosos halagos.
Tony, Cano, Ezequiel, El Vulgar y Campa, siendo feos de nacimiento (cosa que a veces a la industria desagrada), han reemplazado tal carencia con una inspiración constante y una gran creatividad que los ha distinguido desde la primera nota, siendo netamente chúntaros; "Chúntaro es una persona auténtica, de barrio, que no vive aparentando ser lo que no es, ni pretendiendo ser alguien diferente a su propio origen, porque se siente orgulloso de sus raíces", dice Cano.
Estructurado como un maratónico programa radial con diferentes voces locutoras populares de Monterrey y la friolera de 19 canciones; "Chúntaros Radio Poder" muestra la faceta más prolífica de un grupo que ya está en la lista de los pegadores.
Su "look" como le llaman los entendidos al aspecto, vestimenta, atavío o encanto que diferencia a los unos de los otros, fue descalificado el año pasado cuando fueron invitados a tocar y a presentar un premio en la llamada "Noche de Gala" de la revista Eres.
En dicha velada rebozante de angelicales chicas plásticas y guapérrimos chicos guau, dada las apariencias los "norteños", estos fueron invitados a entrar por la puerta trasera del antro para que se echaran una manita de gato antes de que compartieran luminosidades con las estrellas high de la tv y del canto mercantil.
Pero a fin de cuentas lo que cuenta es su música y esta le gusta a todo tipo de individuo, sujeto o tipa.
El estreno de E.G.S.
Con su disco debut El Gran Silencio (1998), estos alegres mozalbetes supieron aprovechar el auge hip hopero y raperón de su zona de nacimiento para absorberlo hasta el tuétano y untarle sus menjurjes de barrio y esa musicalidad total que corre por sus venas.
Así que sus rolas comenzaron a rodar por todas partes; por soundtracks peliculosos, homenajes varios, premiaciones muchas, escapes efímeros hacia otras tierras, etc.
Pero si algo lograron fue que la gente se diera cuenta de sus alcances, y no solamente los roqueros o la gente joven, si no también personas de otras edades y niveles sociales que de una u otra forma se dejaron llevar por su guapachosidad. Temas como "Dormir Soñando", "Mitote" o "Libres y Locos" prendieron la mecha.
Son como son y les gusta ser así.
Muchos los definen como "neo-punks", otros como "worlbeat-nacos", y algunos más como "raperos-chúntaros", pero la verdad ya es difícil encasillarlos; porque como le pegan a "La Iguana" que es música norteña sabrosona ablanda sudores.
También se aplican con "Cumbia Lunera" para darle rienda suelta a las vertientes danzantes venidas de la tierra de los carteles. Así como de igual forma atienden el acelere con "Electrónica" y al metal-fusionario con "Lo Que el Viento a Juárez", por mencionar algunas de su segundo álbum.
Pero a estas alturas de la experiencia ya la banda le tuerce el pescuezo con idéntica intensidad al chotis que a la redoba, al romance que al metal, a la cumbia y al vallenato, y más a la innovación mezcladora que a las raíces musicales puristas de siempre. Con letras la mayoría en español pero una que otra en la lengua de Gore, rebosantes de humor negro, alucine, lujuria, sin razón, delirios nocturnos, crítica social y hasta dichos surgidos de la creatividad popular matan a la primera rebanada.
11.15 PM. Otra voz (Jesús Sotero) da la hora y tras dos temas finales: la acelerada "The Wings" y la súper-romántica y rica-chachera "Veo en Ti", termina una transmisión inexistente de 17 horas con quince minutos, de una radiodifusora fantasmal llamada "Chúntaros Radio Poder", por la cual desnudaron sus voces los locutores más preciados de la región: Germán Pluma, Juan Ramón Palacios, Don Pancho Lomelí, Lacho Pedraza, Don Rulo, Jesús Sotero y el bizarro Güipirí Colombia anunciando las composiciones de un disco con harta galanura y desbordada musicalidad.
Música para darle sabor al caldo de la vida y de la muerte, para dormir soñando y despertar bailando.
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